Las secuelas que se derivan de la lesión cerebral suponen un obstáculo para que el afectado pueda continuar con sus estudios, con su trabajo, con sus amigos, su novio/a, en definitiva, se produce una ruptura casi total con su entorno social, económico y cultural. De este modo cuando se produce la vuelta al domicilio, el afectado y familia tienen que buscar recursos para rehabilitar sus capacidades funcionales y para favorecer su reintegración y participación en el entorno.

Ante la ya mencionada inexistencia de recursos y servicios públicos las personas encuentran en el movimiento asociativo una salida para cubrir esas lagunas asistenciales.

En 1996 se constituye en Valladolid “CAMINO”,Asociación de Daño Cerebral Adquirido que nació como un grupo de padres y familiares de afectados por DCA que se reúnen ante la inexistencia de respuestas a la problemática que les toca vivir y para defender los derechos de su familiar y buscar soluciones de forma conjunta.

A partir del año 2001 la Asociación empieza a tomar fuerza y se registra legalmente. Comienza también la relación con la Federación Española de Daño Cerebral Adquirido (FEDACE) con el objetivo de de federarnos.